Un cuento que me encontre en un cuaderno viejo.

Había una vaca ¡Una vaca!

No tengo amigos en este pueblo, ni siquiera algo parecido. No podía ser una broma...

Como era inutil seguir pensando en el origen de tremendo animal, salí a trabajar como si fuera un día cualquiera.

Fué un día cualquiera: 8 a 9 llenar formas, nueve a nueveicuarto fumar, nueveicuarto a nueveimedia hacerme pendejo, nueveimedia a a once llenar formas, once a oncecuarentaicinco snack en el puesto del señor de bigote de fuera del edificio y luego fumar, etc... No pensé en la vaca en toda la jornada laboral el puto día.

Hasta que llegue a la casa y ahí estaba la cabrona. Cuando la ví, ahogue un grito de susto igual que cuando vi una pinche vaca cuando me desperté.

Después del puto susto pensé: "A no mames ya se me había olvidado la vaca". Pero era tarde y estaba cansado y pues me fui a dormir.

4:00 AM

- ¡MUUUUUUU!
- ¡Joder! pinche vaca, ¡callate!
- ¡MUUUUUUU!
- ¡Que te calles! vaca de #@$%^%#

Fui a ver a la vaca, la examiné revisé, no, no había collar, placa o marca alguna marca de un posible dueño.

- ¡MUUU!
- ¡A que la verga! ¡¿que quieres pinche vaca?!
- MUUU!

Ignore a la vaca y me preparé el desayuno pues ya tenia hambre.

Hambre!

"La puta vaca seguro tiene hambre"

- Pues ni pedo vaca se acabo la comida pa vaca ya hace rato un tiempo.

Ya era hora de salir al trabajo, la vaca cada vez estaba mas ruidosa.

-Callate ya
- ¡MUUUUUUUUUUUUUAUUUUUUUUU!

Harto, fui por las macetas que me regalo una vecina porque se mudaba y quesque "no quería que se murieran sus plish-plash-las-las africanas".

"Africanas mis huevos, esto es hierba" pensé.

En fin, puse todas las macetas en el cuarto de la vaca "Chale, ya hasta tiene su propio cuarto esta, y apenas llegó ayer" le dije en broma.

No se rió. Yo si, por supuesto. Luego salí al trabajo, ya era tarde. Pinches macetas si que pesan.

Estuve TODO EL DÍA pensando en la vaca. Que si como llegó ahí, que si que voy a hacer con ella, que si pinche vaca ni ha de caber por la puerta.

Me paré y le pregunté al desconocida del cubo de al lado:
- ¿Que harías con una vaca?
- Eh? pues dejo de comprar leche.

"No pues si, ahuevo pendejo" pensé, y luego me pregunté: "¿Todo el mundo será tan pendejo como este wey?" Y seguí trabajando.